DÍA INTERNACIONAL DEL LIBRO
Por: Carlos Iván Torres Vasconcelos
En el marco de la conmemoración del Día Internacional del Libro, vino a mi mente una memoria: alguna vez me preguntaron, si tuvieras la oportunidad de otorgarle a un niño los tres primeros libros que leerá en su vida ¿cuáles serían? Me detuve ante tal cuestionamiento, pues entre todas mis obras favoritas debía seleccionar sólo tres de ellas, y en particular, acorde a la edad e intereses de un infante; y en ese momento vinieron a mi mente un trío de libros que marcaron mi infancia: Harry Potter y la Piedra Filosofal, El Principito y Rebelión en la Granja.
Fue entonces cuando realmente me puse a pensar en ello con detenimiento, aquellos libros fueron la semilla que cosecharon en mi alma el fomento a la lectura, lecturas que yo había escogido, libros que pedí a mis padres que me compraran porque me causaban interés, habían cautivado mi curiosidad; a partir de ese momento entendí que la pasión que tengo hacia la lectura fue fruto de mí mismo, la respuesta era simple: era lo que yo deseaba leer. Y de ese punto en adelante la pregunta persistía ¿Cómo fomentar la lectura en niños y adolescentes?
La escuela tradicional con la que muchos de nosotros crecimos y fuimos educados, siempre tuvo un punto cuestionable y que en la actualidad es un factor determinante que un considerable porcentaje de la población sienta un rechazo o no posea un interés hacia la apertura de un libro: la imposición de aquellos libros que debíamos leer porque era una obligación hacerlo, porque si queríamos ser buenos lectores y profesionistas debíamos leer muchos libros.
Ahí se encontraba el error, un niño al tomar un libro no piensa en que se convertirá en un buen lector o un gran profesionista, y aunque existe realidad en aquella sentencia, un niño al comenzar a pasar página tras página, tiene una serie de pensamientos en mente ¿qué sigue en esta historia? ¡Qué divertido! O ¡Qué aburrido! Por ello, un libro que es capaz de captar la atención, el interés y mantener vivo el espíritu de fascinación, puede convertir a aquel niño, sin darse cuenta, en un gran aficionado a la magia de las palabras y al mismo tiempo ayudarlo a desarrollar una mejor comprensión lectora. Permitamos que los niños elijan qué leer.
Pero enseñar a leer no solamente es darle a un estudiante la libertad de escoger los libros que desee, sino transmitir a través del rol que juegan los familiares y los docentes, el mensaje en que se destaque la magia que hay entre sus páginas, la posibilidad de visitar otros mundos, conocer historias que no han podido imaginar y vivir experiencias donde la imaginación es el principal actor. Esto se traduce que las escuelas y colegios deben ofertar una variante que se apegue al personaje principal de esta ecuación: el joven lector.
Es cierto, el fomento a la lectura convierte a un niño o adolescente en un buen lector y a largo plazo, lo ayudará en el camino a convertirse en excelente profesionista, pero solamente aquellos colegios que consagran una verdadera innovación educativa entre sus espacios formativos, son capaces de alcanzar esta meta con diversión, imaginación y mucha facilidad.
La comprensión lectora juega un papel muy importante para la educación, ya que a raíz de esta, se complementa la forma en que se comprende al mundo, abre las puertas a la amplia gama de conocimientos y desarrolla las destrezas lingüísticas. Al igual que cualquier otro músculo, el cerebro necesita ejercitarse y una forma esencial se da por medio de los relatos, estructura de un texto e intenciones de un autor.
El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación en México, destaca que la lectura es una competencia fundamental que permite el aprendizaje dentro y fuera de la escuela, además de ayudar a ampliar las formas de pensar. Interpretar un discurso escrito requiere actitud, experiencia e involucramiento de los roles del lector y del docente. Por ello, los colegios de México deben centrar especial atención en atribuir que los estudiantes mejoren sus habilidades de lectura desde los niveles iniciales.
Entre las múltiples opciones de espacios formativos, destaca la primaria del Colegio Sn. Ángel con sedes en Puebla, Poza Rica y Coatzacoalcos, que tiene como pilar su Modelo Educativo Liderazgo Trascendente, fomentando con múltiples actividades las experiencias significativas que promueven el hábito de la lectura. Al ser una institución que reúne, sesiona y evoluciona una amplia innovación educativa, hacen uso de las competencias del siglo XXI: la incorporación de ecosistemas virtuales que apoyan al aprendizaje.
Un claro ejemplo es Knotion, el ecosistema virtual que se emplea en el Colegio Sn. Ángel Coatzacoalcos, una herramienta de aprendizaje que complementa el día a día dentro de los espacios formativos, en el que se da un aprendizaje Transdisciplinario y Significativo de habilidades y conocimientos de distintas áreas. Es en este punto donde la verdadera innovación educativa se hace presente, al incluir herramientas tecnológicas y digitales en pro de todas las habilidades, capacidad y competencias de los estudiantes.
Ahí lo entendí claramente, comprar decenas de libros impresos es una inversión fantástica, pero que en tu educación primaria particular, un sistema te ofrezca además una infinidad de títulos digitales para complementar y disfrutar de una buena lectura, era lo ideal. Y particularmente, Knotion contiene alianzas que promueven el fomento y uso de la comprensión lectora. Por mencionar dos ejemplos, se encuentra Lectura Inteligente, un ecosistema que permite al estudiante leer y desarrollar la habilidad lingüística del ser humano, valorando la velocidad, palabras por minuto, comprensión y nivel de lectura eficiente, por medio de textos acorde la edad, interés y curiosidad de cada estudiante.
Y por otro lado, la lectura en idioma inglés con la alianza Scholastic, una plataforma que mide y valora el léxico de cada estudiante por medio de libros digitales que pueden ser asignados por el docente y al mismo tiempo, elegir entre el amplio catálogo la lectura que se desea leer. Es ahí donde se encuentra el equilibrio de trascender el gusto y amor por la lectura junto con las mejores prácticas para el fomento a la lectura.
Dicho esto, me pregunto a mí mismo en este momento ¿Cuántos libros no habría devorado si mi colegio me hubiera ofrecido estas oportunidades? ¿Cómo habría sido mi crecimiento lingüístico si pudiese haber accedido a tantos títulos? Me hubiera gustado que mis maestros y maestras me enseñaran a complementar y hacer crecer mi pasión por la lectura con mensajes más allá de “debes leer muchos libros para ser un buen profesionista”.
En el marco del Día Internacional del Libro, me regresó a la mente aquella experiencia, este día celebrado cada 23 de abril, es una fecha importante para todos aquellos que sentimos amor y pasión a la lectura, a aquella sensación de oler un libro recién abierto, y agradecer a todos aquellos autores que plasmaron y nos transportaron a otros escenarios sin distinción temporal o geográfica.
Aquel día cuando me preguntaron por los tres primeros libros que recomendaría para iniciar la vida lectora de un niño, no quise responder directamente Harry Potter y la Piedra Filosofal, El Principito o Rebelión en la Granja, simplemente contesté: mostraría un amplio catálogo, dejaría que el niño o niña eligiera, le platicaría lo hermosa que es la lectura y posteriormente, cuando haya sido atrapado por la magia de los libros, me sentiría capaz de hacerle una recomendación.