#ElEstante: Anna Karenina
Entre enero de 1875 y abril de 1878 se publicó en la revista El mensajero ruso el folletín Anna Karénina, escrita por el novelista Lev Tolstói. El formato en cuestión, caracterizado por llegar a los lectores en entregas, era famoso por su simplicidad psicológica, la banalidad de sus argumentos y sus típicas historias de amores incomprendidos llevados a menudo hasta la tragedia.
Vale la pena saber lo anterior para dimensionar el fenómeno que supone la historia de Anna, transformada en novela en el año de 1877 y publicada en el mismo, convirtiéndose en una de las obras cumbres de Tolstói, y con ello, de la literatura rusa, el realismo e incluso la literatura universal.
A día de hoy, a sus características formales y estilísticas se suma una lectura que incrementa su valor: la comprensión de la protagonista como una figura feminista, no por el supuesto didáctico de ser un ejemplo a seguir –su final trágico es, ciertamente, indeseable-, sino por su rebelión contra las normas y el destino de un mundo hecho por y para los hombres.
Anna Karenina, casada con un funcionario de alto rango, se enamora Vronski, un joven militar que la corteja. En medio de la vida rusa presoviética, comienzan una relación de la que nace una hija. Anna dejará toda su vida, incluido su esposo, para buscar el amor con su amante.
Tolstói utiliza esta historia para criticar la sociedad aristocrática rusa: la hipocresía de su moral, la construcción típica de las familias y la imposibilidad de la felicidad dentro de las grandes ciudades. Además, se contrastan los tipos de amor y de relaciones de pareja de sus distintos personajes, cuestionando qué es lo correcto, lo deseable, de dónde vienen los castigos, quién juzga y por qué una persona puede ser juzgada.
La lectura sugerida reflexiona cómo las decisiones femeninas fueron castigadas cuando no encajaban con las normas de un comportamiento heteropatriarcal que en muchas circunstancias sigue vigente.