#ElEstante: Licorice pizza

#ElEstante: Licorice pizza

Por Francisco Javier Cadena Torres

Cuarto semestre de bachillerato

El amor es un sentimiento que se genera de forma natural y no debe forzarse, sin embargo, muchas veces es complicado entender y expresar este sentimiento. Este es uno de los diversos temas que aborda la cinta Licorice Pizza, dirigida, producida y escrita por el director estadounidense Paul Thomas Anderson, con los actores Alana Haim y Cooper Hoffman como los protagonistas de la historia.

Se trata de una película que combina el romance con la comedia. Se estrenó el 24 de febrero del 2022 en México, sin embargo, en Estados Unidos se estrenó desde el año 2021. Fue nominada a los Oscar en las categorías de mejor Película, mejor guión original y mejor director, además de las nominaciones a cuatro Globos de Oro. Por otra parte, obtuvo premios en los AFI Movies of the Year y del New York Film Critics Circle Award for Best Screenplay. Además, esta producción es una película familiar con un gran mensaje de parte del director Anderson, lo cual la hace disfrutable para los adultos y para adolescentes.

La historia habla sobre Alana Kane (Alana Haim) y Gary Valentine (Cooper Hoffman) iniciando sus primeros pasos vacilantes en el amor en el Valle de San Fernando, California, en 1973. Gary es un chico de 15 años que es actor y le gusta emprender en diferentes negocios con la ayuda de sus amigos y de su hermano menor. Alana es de una familia judía, es mayor que Gary y trabaja como ayudante de un fotógrafo.

La historia nos lleva desde el principio a una california en los años 70 por lo tanto las escenografías, el soundtrack y la vestimenta están adecuadas a la época; éstas son, a la vez, naturales y espectaculares, puesto que Anderson se crió en California y toda la película está influenciada por su autobiografía; por lo tanto, el nivel de detalle en la producción y en la fotografía demuestran la visión original del director.

Otra cosa que me gustó mucho fue el soundtrack porque, aunque las letras de las canciones tal vez no estaban tan apegadas a la escena, la melodía y el ritmo transmitían las emociones y sentimientos de los personajes, creando momentos muy bonitos o trágicos. Por otra parte, me encantó lo impredecible que es la película y los cambios que se iban haciendo, en un momento creía adivinar lo que iba a pasar y cambiaban las cosas a 180 grados, haciendo que me interesara más por la trama y los personajes: los protagonistas y su relación experimentan transformaciones en ello y en su historia, lo cual es muy disfrutable. Esto último se nota más en la primera hora de la película, con unos fascinantes primeros 60 minutos.

Lamentablemente, en la segunda hora decae la historia, pues la fórmula de la relación entre Gary y Alana se repite, dando la sensación de que se está viendo lo mismo, con unos cuantos cambios, volviendo un tanto aburrida la cinta al punto de contar los minutos para que terminara. En mi opinión, sentí que estaba viendo otra de esas películas de parejas tóxicas. Otro aspecto que no me gustó fue el hecho de que había escenas o situaciones que sentía que no le agregan nada a la historia, colocando a los protagonistas en situaciones que al final no eran importantes.

En conclusión, la película es buena, con buena cinematografía, escenografía, soundtrack, etc. Sin embargo, en cuestión de historia, los primeros 60 minutos son los que valen mucho la pena ver por ser tan impredecibles e interesantes.

Finalmente, quiero terminar esta reseña con una frase que se puede relacionar muy bien con la película: “Ya conoces la respuesta a eso, Bruce. Para algunos… radiados o no de gamma, “te amo” son las dos palabras más difíciles del español”. – Jeph Loeb 2004.