#ElEstante: Los niños perdidos, de Valeria Luiselli
Por Jorge Alonso Espíritu
Hablar de Valeria Luiselli, es hablar de uno de los nombres más importantes de la literatura mexicana actual y, sin duda, una de las voces más comentadas de su generación, es decir, los escritores nacidos en la década de los 80. Su breve obra ha sido reconocida ampliamente, sobre todo en los Estados Unidos, y ha sido traducida y editada en un buen número de países. Con todo, no son pocos los lectores –mexicanos en su mayoría- que ven en Luiselli a una novelista sobrevalorada a quien no vale la pena poner demasiada atención.
Sin hacer demasiado caso a unos o a otros, dediqué los primeros días del año a la lectura de “Los niños perdidos: un ensayo en cuarenta preguntas”, que en el 2018 fue reconocido con el American Book Award. Se trata de un testimonio en primera persona de su experiencia como traductora en la corte migratoria de Nueva York, donde participaba elaborando cuestionarios para la defensa de los niños migrantes que lograron ingresar a los Estados Unidos.
“¿Por qué viniste a los Estados Unidos?”, es la primera pregunta, y la cuestión central que recorre el centenar de páginas del volumen. Valeria conoce la respuesta -igual que nosotros-: para sobrevivir a la violencia de las pandillas, el crimen organizado, para sobrevivir a la miseria, la trata, el abuso. Conoce la respuesta y la utiliza para contarnos la historia de esos niños que atraviesan nuestro país para llegar al paraíso prometido que es la Unión Americana.
Pero la historia no termina al final de ese viaje. Allí comienza un sinuoso camino que, la mayor parte de veces culmina con la expulsión de los niños migrantes de ese país o, algunas otras, permite a los pequeños hallar refugio en él, sin que ello signifique de alguna manera la inclusión y el respeto a priori de sus derechos.
Como señala el subtítulo de la publicación, Valeria cuenta estas historias a través de 40 preguntas: las que contiene el formulario de la defensa de los niños en la corte. El resultado es cálido, por la voz de la escritora, pero duro y revestido de impotencia. En la narración se desentrañan no sólo los problemas que expulsan a los pequeños de sus regiones, y los envían a un viaje improbable, lleno de peligros, sino lo inhumano e ilógico que resulta el sistema americano. A mi parecer, un breve, pero excelente ensayo que vale la pena leer, conservar y recomendar.