#ElEstante: Noche de fuego
Por Jorge Alonso Espíritu
Embajador del bienestar para el Campus Puebla
Los festivales y las ventanas de distribución digitales en los últimos años han visto crecer a una generación de cineastas mexicanos reconocidos más allá de nuestra frontera. Una de las más interesantes, es la directora Tatiana Huezo: con apenas dos largometrajes documentales se colocó en la mira de los críticos y el público, por la fortaleza de sus personajes, la belleza de las imágenes en contraste con el horror del mundo que narra.
En el pasado festival de Cannes –uno de los más prestigiosos y publicitados del mundo-, Huezo presentó con gran éxito la película que marca su ingreso a la ficción: “Noche de fuego”, cinta basada en la novela “Prayers for the Stolen”, publicado en México como “Ladydi”.
“Noche de fuego” narra la historia de una comunidad enclavada en una sierra mexicana. Como en distintos puntos del país, las mujeres se han hecho cargo de su mundo ante el abandono de los hombres y, como en muchas comunidades, la vida ha sido trastornada por la presencia del crimen organizado y la violencia estructural.
Acaso por la conciencia previa de su maestría documental, descubrimos en la cinta el retrato de una forma de vida que pocas veces entendemos –por no decir que no queremos siquiera saber que existe-, mostrándonos realidades que conocemos usualmente de manera fragmentaria en un contexto posible: Ana crece en una normalidad insana, con el cabello corto y escondites en la tierra para eludir las agresiones narco, otra forma de la violencia masculina.
Pero Huezo no se conforma con mostrar el horror ni se regodea en la tragedia; por el contrario, teje con delicadeza una obra sobre la solidaridad femenina, evidente en la protección que brindan la amistad y la familia. La directora demuestra así, que se puede hablar de la violencia desde nuevos lugares y con una formalidad novedosa, consolidándose como una de las mejores cineastas mexicanas.