#ElEstante: 100 humanos
Por Jorge Alonso Espíritu
¿Puede la ciencia ser divertida? Como profesor no sólo creo que sí, sino que estoy convencido de ello e intento demostrarlo a menudo a los estudiantes. El mundo del entretenimiento se ha sumado en ocasiones a la cruzada por demostrar esta tesis, dándonos referentes tan entrañables como “El mundo de Beakman”, o tan desopilantes como “La ciencia de lo absurdo”. Navegando en las profundidades de Netflix se encuentra una interesante propuesta que vale la pena sumar a la lista: “100 humanos”.
Se trata de un interesantísimo cruce entre el reality show, el experimento social y la docuserie que reúne a 100 personas que representan una amplia variedad de perfiles de la sociedad estadounidense. Congregados en un “edificio de pruebas”, son utilizados como sujetos de estudio para intentar responder, mediante el método científico, interesantísimas cuestiones que en más de una ocasión se han atravesado por nuestra cabeza: ¿Son mejores los hombres o las mujeres? ¿Los sentidos son confiables? ¿Son mejores los años de juventud o de experiencia?
Pero a algunas de estas preguntas banales se suman cuestiones de relevancia fundamental en la construcción de nuestras sociedades: ¿Podemos ser felices? ¿Somos prejuiciosos? ¿La tortura realmente es efectiva para obtener información?
La metodología para hallar una respuesta es sencilla: el equipo de producción diseña un experimento social que pueda acercarse a la hipótesis planteada por la interrogante. Para probarla o desecharla, se recurre a los 100 humanos, quienes no saben de qué se trata la prueba, lo que por un lado da fiabilidad al experimento y, por otro, lo hace sumamente divertido.
Los resultados, por supuesto, se leen en su justa medida: se trata de un experimento acotado, que no arroja respuestas definitivas y que funciona como medición de la sociedad estadounidense, sin embargo, la lectura nos acerca a nociones sobre la condición humana que son comentadas por especialistas.
100 humanos es, sin duda, un excelente programa para acercarnos al método científico.