¿Existe el estrés en la infancia y la adolescencia?
Emmanuel Valencia Zárate
Coatzacoalcos, Veracruz.
Colegio San Ángel
Colegio Sn Ángel de Coatzacoalcos es una institución cuyo modelo educativo está enfocado al bienestar integral de nuestros estudiantes, es por ello que ponemos especial atención en su desarrollo emocional y cognitivo además del académico, en ese sentido analizaremos brevemente algunos aspectos importantes a tomar en cuenta si considero que mis hijos de preescolar, primaria, secundaria o bachillerato están experimentando estrés.
Primero definiremos lo que es el estrés, la OMS, (Organización Mundial de la Salud), define el estrés como «el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara el organismo para la acción».
Tomando en consideración sería más conveniente tener la perspectiva de verlo como algo completamente normal en cualquier individuo el reaccionar de esa manera, ya que todos somos regulados de manera similar (nunca igual) por nuestro organismo fisiológico.
Es ahora cuando, se crea la pregunta, ¿Qué le puede causar estrés a mi hijo/a?, si bien no es común tenerlo presente, es común experimentarlo, por situaciones escolares, familiares, sociales, ya que los hijos por lo general se guardan todas esas sensaciones, debido a esto, nos surge otra pregunta, ¿cómo saber si mi hijo/a experimenta estrés? Debido a que como se mencionó antes, cada individuo es un mundo diferente, debemos diferenciar entre los signos y síntomas físicos y psicológicos.
En el apartado de las afectaciones físicas, como síntoma del estrés en niños y adolescentes se observarían dolores de cabeza, pérdida del apetito, alteraciones del sueño/pesadillas, cambios en sus hábitos diarios, problemas de retención (enuresis y encopresis), dolor estomacal.
Claro que cada uno de estos síntomas debe ser aislado de algún otro padecimiento físico que se tenga presente, es importante también el destacar los síntomas psicosomáticos ya que con normalidad son los anteriormente mencionados y pueden ser ocasionados por altos niveles de estrés o de cambio del contexto repentino.
Por otro lado, tenemos las afectaciones psicológicas o emocionales, en casos muy concretos puede presentarse una regresión a etapas anteriores del desarrollo, ansiedad, sentimientos de tristeza o culpa, llantos, berrinches, rabietas, no se quieren separar de una figura de seguridad, son incapaces de controlar sus emociones no se pueden relajar, tienen problemas en convivencias familiares y sociales en general.
Ahora, lo siguiente sería el preguntarnos, en rol de padres, ¿cómo y qué puedo hacer para ayudar a mi hijo/a si pasa por situaciones de estrés?, lo primero y más importante sería brindar un lugar de seguridad y comodidad, tener un constante diálogo y escuchar sus necesidades diferenciándolas de los caprichos, dedicarles el tiempo necesario y su espacio, no adelantar conclusiones o guiarnos por sugestiones o supuestos, pedirles su opinión en ocasiones que se deba tomar una decisión, ser coherentes con las cosas que decimos y hacemos, fortalecer los sentimientos agradables y autoconcepto de los hijos, en caso de ser necesario buscar ayuda profesional y preparada para la situación en específico que se tenga.
En conclusión, se puede decir que, como padres, nuestro deber es darles una guía a los hijos de como poder superar las circunstancias que se presenten en la vida, no haciendo por ellos las cosas, sino, proveerles herramientas necesarias para hacerlo.