Gastronomía sostenible desde casa
Por: Dra. María Eugenia Romay Castillo
El ritmo de la vida actual ha acentuado un sin número de hábitos desfavorables para la salud de grandes y pequeños, entre los más frecuentes se encuentra la falta de ejercicio y la ingesta de comida chatarra o rápida. En ambos casos, desde casa se puede poner solución a ello.
Nos ocuparemos de la dieta desde casa; es un mito que no se pueda comer sano hoy en día, normalmente se piensa que comer sano es muy caro, pues al ir al mercado o a la tienda de autoservicio nos encontramos con precios elevados y terminamos por adquirir lo que la economía familiar permite, pero sin una planificación de la dieta balanceada.
Una alternativa es regresar a los orígenes de la comida mexicana, esa que nuestros ancestros, los mayas o los aztecas preparaban a diario. En aquellos tiempos, desde la casa del emperador hasta la choza más humilde tenía su milpa, en donde sin duda y por lo menos encontraríamos el maíz, el frijol y la calabaza. Además de los alimentos de la triada mesoamericana, crecían quelites, tomates, chiles y ciertas verduras o plantas medicinales (Córdova et al, 2014). Este sistema de cultivo no genera productos para venta a gran escala, sino para el autoconsumo familiar.
Esta práctica se ha ido perdiendo poco a poco, al grado que ya solo habitantes de algunas zonas rurales la llevan a cabo y dependen de la estación de lluvias que cada vez y debido al cambio climático son más escasas.
En cada uno de los hogares mexicanos se puede tener una pequeña milpa; existen hoy en día un sin número de alternativas para realizarla dentro de las casas. Por ejemplo, acondicionar un pequeño espacio en el patio trasero o bien en la azotea o balcón de las viviendas. Comenzar con especies dóciles como el chile, el frijol, el chayote, la calabaza y los quelites.
Además de presentar una oportunidad de comer sano, también brinda el pretexto perfecto para involucrar a los más pequeños de la familia en una actividad que beneficia al medio ambiente, pues se pueden preservar especies vegetales y contribuir de esta forma a que no se pierdan, sin mencionar el conocimiento que van adquiriendo con su cuidado.
De acuerdo a la M. en C. Edelmira Linares una familia que consume los alimentos cultivados en una milpa no sufre problemas de desnutrición, sino que estos aparecen cuando existe un cambio en la alimentación de las personas.
Se habrá de señalar que entre otros nutrientes de los alimentos de la milpa se encuentra el calcio del maíz utilizado en la formación y fortalecimiento de los huesos, el hierro de los quelites que es necesario para la formación de la molécula de hemoglobina encargada de transportar el oxígeno en la sangre, la proteína de los frijoles y vitaminas del grupo B, primordial para el sistema nervioso.
A quien no se le antoja un caldo de frijol con epazote y chile seco, adornado con orejitas de masa o bien unas quesadillas de flor de calabaza con chile jalapeño y ya para paladares más exigentes unas calabacitas con camarón.
Referencias bibliográficas
Cordova, D. G., Flores, E. N., García, R. R., & Salvador, J. C. R. (s/f). La milpa, tradición milenaria de agricultura familiar. Ciencia UNAM. Recuperado el 29 de mayo de 2022, de https://ciencia.unam.mx/leer/356/La_milpa_tradicion_milenaria_de_agricul...