BACHILLERATO TECNOLÓGICO CON RESPONSABILIDAD SOCIAL
Educar con consciencia social para el cuidado del planeta: una asignatura urgente.
Comienza un año nuevo y el mundo entero vive entre la esperanza de superar la crisis sanitaria y las marcas del 2020 que aún se extienden entre nosotros. La pandemia de COVID-19 que aún atravesamos nos ha dejado un gran dolor, pero también muchas lecciones y reflexiones que atender para construir un planeta más sano, es por ello que una educación media superior con responsabilidad social, que privilegie el cuidado del medio ambiente, las relaciones sanas entre personas y con el planeta y, en suma, una formación preuniversitaria acorde a las exigencias de nuestro tiempo es una asignatura urgente.
La calidad académica ya no debe medirse sólo en el dominio de habilidades matemáticas, sino en la creación de una visión internacional que logre el desarrollo de habilidades necesarias para lograr la sustentabilidad del planeta. Para ello, es necesario no únicamente crear un bachillerato ecológico, sino también un bachillerato incluyente que sea una opción a los retos actuales.
Uno de los temas más relevantes en el panorama mundial, es el que se refiere a las desigualdades del planeta, ya denunciadas y previstas por la Organización de las Naciones Unidas: Hace cinco años la Asamblea General de la ONU aprobó los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una serie de metas y sus respectivos compromisos a los que los países miembros del organismo internacional se comprometían para garantizar la subsistencia de nuestro mundo para el año 2030.
Leer la situación actual de crisis desde la óptica de los ODS nos brinda una perspectiva diferente, pero exacta, del lugar en el que nos encontramos parados. Por un lado, nos brida la certeza de que el avance en los compromisos descritos hubiese facilitado el control de la pandemia y, por otra parte, la difícil realidad de comprobar que el progreso puede detenerse y es posible retroceder en nuestros objetivos.
Con tristeza observamos que los objetivos referentes a la erradicación de la pobreza, hambre cero o reducción de las desigualdades han sufrido un duro revés que hace cada vez más difícil el cumplimiento de las metas firmadas. Por poner un ejemplo: según el reporte 2020, realizado hace unas semanas por António Guterres, Secretario General de la ONU, alrededor de 70 millones de personas en el mundo regresaron a la pobreza extrema el año pasado, lo que supone el primer aumento de la pobreza mundial desde el año de 1998.
En este sentido, la educación toma un papel de suma importancia al ser uno de los motores para incentivar el avance en el cumplimiento de los 16 restantes.
Formación de líderes globales con alta responsabilidad social.
La educación actual, de forma urgente e ineludible, debe centrar sus esfuerzos en el aprendizaje y la activación de los educandos en torno a los ODS. Lo anterior, que a oídos nuevos puede sonar complicado, es una realidad en muchos centros educativos como el Colegio Sn. Ángel.
Desde el pensamiento matemático a la consciencia del equilibrio entre seres vivos, desde el conocimiento de los procesos históricos a la formación de convicciones éticas, desde el buen ambiente hasta el compromiso de tener un bachillerato sin bullying, cada asignatura es replanteada y reenfocada con el propósito de formar mejores personas y ciudadanos, ya sea a través de un sistema presencial o utilizando el home schooling para el aprendizaje en línea, con las metodologías que supongan un cambio rumbo a una vida plena, pero también, actuando en el presente para generar acciones que promuevan la solución a los retos que ofrece la vida en comunidades, primero locales y después internacionales, en donde el aprendizaje por proyectos es sumamente valioso.
De esta forma, los estudiantes de nuestro colegio trabajan en su empoderamiento para impactar su entorno, haciendo posible un mundo mejor, a veces abogando por la producción y consumo responsables, creando sociedades sostenibles, reforestando, tomando acción por la igualdad, la salud y el bienestar, el buen ambiente y la internacionalización.
La pandemia que vivimos es, sin duda, la preocupación más urgente que tenemos, pero no el único reto que afrontamos: el cambio climático, la escasez de recursos naturales y los cambios sociales requieren una sociedad preparada para evitar escenarios de crisis, cuestión que sólo puede ser posible, y así lo demuestran las evidencias científicas, a través de una sociedad educada. En el Colegio Sn Ángel trabajamos porque el mundo mejor que todos esperamos sea posible.